Artículo comentado por: Dr. Santiago Pérez Tarazona. H.La Fe, Valencia.
Este estudio multicéntrico se ha llevado a cabo desde el grupo de trabajo de Patología Respiratoria Perinatal de la SENP, y se ha financiado con una beca concedida por nuestra Sociedad en convocatoria de 2016. Han participado un total de 11 hospitales, representando a 5 comunidades autónomas.
La displasia broncopulmonar (DBP) es la secuela más frecuente de la prematuridad, y una de las más graves. Las consecuencias a largo plazo de la DBP a nivel respiratorio en los prematuros que nacieron en la era post-surfactante y padecieron lo que se conoce como la “nueva” DBP, son en parte desconocidas.
El objetivo principal de este trabajo fue evaluar la función pulmonar, la prevalencia de síntomas asmáticos y la calidad de vida en un grupo de adolescentes que fueron prematuros extremos y padecieron la “nueva” DBP (nacidos entre 2003-2005). Los resultados fueron comparados con los obtenidos en otros dos grupos de adolescentes: prematuros extremos sin DBP y prematuros moderados-tardíos.
El periodo de inclusión de los pacientes fue entre mayo-2017 y junio-2019. Tras entrevista telefónica y firma de consentimiento informado, los adolescentes incluidos en el estudio rellenaron un cuestionario sobre síntomas asmáticos (cuestionario GAN, actualización del ISAAC) y sobre calidad de vida (Kiddo-Kindl®). Seguidamente se les realizó un estudio de función pulmonar (espirometría, prueba broncodilatadora, volúmenes pulmonares, y difusión pulmonar) y prick-test a alérgenos inhalantes convencionales. En el análisis estadístico se realizó un ajuste teniendo en cuenta posibles factores de confusión.
Los adolescentes que fueron prematuros extremos con DBP (n=92) presentaron valores de FEV1, FVC, FEV1/FVC y FEF25-75 significativamente menores que los demás grupos. No hubo diferencias entre prematuros extremos sin DBP (n=92) y prematuros moderados-tardíos (n=102). Los valores del cociente FEV1/FVC estuvieron por debajo del límite de la normalidad (z-score < -1,645) en el 30,4% de los adolescentes con DBP, 13% de los prematuros extremos sin DBP y 11,8% de los prematuros moderados-tardíos (p<0,01). Hubo una mayor respuesta broncodilatadora y mayor atrapamiento aéreo en los adolescentes con DBP que en el resto. La capacidad de difusión fue significativamente menor en los que fueron prematuros extremos, independientemente del antecedente de DBP. La prevalencia de síntomas asmáticos, así como las puntuaciones en el cuestionario de calidad de vida, fueron similares en todos los grupos. A pesar de que los avances en los cuidados neonatales han ido dando lugar a formas más leves de DBP, siguen persistiendo alteraciones en la función pulmonar al llegar a la adolescencia. Estos estudios deben realizarse con cierta periodicidad, puesto que la DBP está en continuo proceso de cambio debido a dichos avances, y la supervivencia neonatal es cada vez mayor. Por otro lado, son necesarios estudios a más largo plazo para determinar en qué medida la DBP supone un mayor riesgo de enfermedad pulmonar obstructiva crónica de inicio precoz en la edad adulta.