Bronquiolitis
¿Qué es la Bronquiolitis?
La bronquiolitis es una infección de los pulmones y del aparato respiratorio del niño, por lo general menor de 2 años, que puede ser causada por varias clases de virus. El más frecuente es el denominado Virus Respiratorio Sincitial, conocido comúnmente por sus siglas VRS. Otros virus menos frecuentes son el virus de la gripe, parainfluenza, adenovirus y metapneumovirus. La enfermedad afecta a los bronquios, fundamentalmente a los más finos.
La infección puede aparecer en cualquier época del año aunque lo mas frecuente es que aparezca en los meses invierno y al comienzo de la primavera (desde Noviembre hasta Marzo y Abril).
La mayoría de los niños están enfermos durante una semana y después se recuperan. No obstante, en algunos esta infección puede dar lugar a problemas respiratorios en el futuro: Es muy frecuente que tras un episodio de bronquiolitis, sobre todo si el niño ha precisado hospitalización, durante los siguientes meses o incluso años, sus resfriados cursen con síntomas similares a los de la bronquiolitis inicial, es decir, tos con o sin fiebre, dificultad para respirar y pitidos en el pecho. Incluso algunos trabajos de investigación han demostrado que los niños que han padecido bronquiolitis durante los primeros meses de la vida, presentan luego durante la segunda infancia y adolescencia un mayor riesgo de desarrollar asma que los niños que nunca ha presentado bronquiolitis
¿Cuales son los principales factores de riesgo?
Existen unos factores que denominamos de riesgo, que se relacionan con la gravedad de la enfermedad, entre los cuales el más importante es la edad. Los lactantes menores de 3 meses son los que tienen más riesgo de hospitalización y de entre ellos, los prematuros, posiblemente porque sus bronquios son muy estrechos todavía. Otros factores de riesgo son:
- Ausencia de lactancia materna
- Nacimiento prematuro
- Exposición al humo del cigarrillo
- Asistencia a guardería infantil
¿Cuales son los síntomas de la bronquiolitis?
La enfermedad suele comenzar con los síntomas de un resfriado, como son la obstrucción de la nariz por mucosidad, algo de tos durante dos a tres días, y a veces fiebre.
Luego, es probable que el niño se estacione, no empeorando, o bien que comience a toser más, a respirar mas deprisa y con dificultad (se le marcan las costillas y el abdomen le sube y le baja de manera exagerada, y se ensanchan las fosas nasales), y a tener la respiración ruidosa, con sibilancias (hacer un sonido como un silbido de tono alto al respirar) o un sonido más grave o de burbujeo (roncus o estertores). Todo esto ocurre porque sus bronquios están obstruidos por la inflamación y por el moco que segrega la propia enfermedad.
El proceso acostumbra a durar alrededor de una semana, pero es a partir del segundo o tercer día cuando puede acontecer el empeoramiento.
¿Cuáles son los síntomas de alarma que nos indican contactar con el médico o nos indican el empeoramiento ?
Una vez que el pediatra ha diagnosticado al niño de bronquiolitis, deberá acudir a la consulta de revisión que le haya programado.
La evolución de la enfermedad es lenta y es necesario tener paciencia.
Si considera que el niño empeora, solicite un adelanto de la cita o acuda de inmediato a un centro sanitario, sobre todo si observara alguno de los síntomas de alerta que se exponen a continuación:
- Si su hijo/a está vomitando y no puede retener los líquidos. Puede estar deshidratado por la falta de apetito o los vómitos, y los pañales están más secos de lo normal.
- Si su hijo/a está más soñoliento que habitualmente
- Si la piel de su niño/a se torna de color morado; especialmente alrededor de los labios o en las yemas de los dedos. Si se pone pálido y sudoroso.
- Si se fatiga mucho con las tomas, y casi no come.
- Si respira peor, respira cada vez más deprisa, se le marcan las costillas, mueve mucho el abdomen, se le hunde el pecho o deja de respirar durante segundos .
- Su hijo/a padece una enfermedad de corazón o fue prematuro (nació antes de tiempo). En estos casos, contacte con el médico cuando aparezcan los primeros síntomas.
¿Cual es el tratamiento de la bronquiolitis ?
La mayoría de los médicos están de acuerdo en que las medidas generales de soporte, son las únicas medidas terapéuticas que han demostrado científicamente su utilidad. En la actualidad, no existe ningún medicamento que facilite la curación de la bronquiolitis.
Afortunadamente, la mayoría de los casos de bronquiolitis son leves y no requieren tratamiento profesional específico. Los antibióticos no son útiles para tratar la bronquiolitis, porque es causada por una infección viral y únicamente son efectivos en las infecciones bacterianas.
En general la bronquiolitis es una enfermedad benigna, que evoluciona espontáneamente bien, y únicamente requiere medidas de soporte pueden realizarse en el domicilio del niño.
Las medidas de soporte en el domicilio consisten en:
- Procurar bajarle la fiebre, y mantenerlo bien hidratado (administrar líquidos y el alimento, por la edad el pecho o los biberones de forma frecuentes y en pequeñas cantidades, para evitar que se fatigue).
- Realizarle lavados nasales frecuentes y aspirar las secreciones de la nariz.
- Se mantendrá al niño algo incorporado, esto le ayudará a respirar mejor.
Antes de realizar cualquiera de estos procedimientos deberá haber consultado con su pediatra.
Cuando la gravedad es mayor, precisan la hospitalización. Las medidas que se toman son similares a lo expuesto anteriormente y además los bebes son controlados de cerca, se les administra líquidos y oxígeno húmedo. Rara vez, en los casos muy graves, se coloca a bebés en respiradores para ayudarlos a respirar hasta que comienzan a mejorar.
¿Cómo podemos prevenir el contagio de la bronquiolitis?
La bronquiolitis se contagia como un resfriado: a través de contacto cercano con saliva o moco, también, y esto es muy importante, por las manos. Los gérmenes pueden diseminarse en pequeñas gotas de fluido de la nariz y la boca de una persona infectada. Éstas pueden ser trasladadas por el aire cuando la persona estornuda, tose o se ríe, y también pueden quedar sobre los objetos que la persona ha tocado, como pañuelos usados o juguetes.
No debemos olvidar que los adultos y los niños mas grandes usualmente no enferman tanto como los pequeños, presentando únicamente síntomas de un catarro vulgar y común pero que son muy contagiosos para los pequeños..
Usted puede prevenir que su bebe se contagie y que esta enfermedad se propague, realizando las siguientes medidas, sobre todo entre los meses de Noviembre a Marzo:
- Si puede, evite llevar al niño, sobre todo si es muy pequeño (menos de 3 meses) o fue prematuro, a guarderías.
- Evite, en todo lo posible, el contacto del niño con otros niños que asistan a guarderías
- Si tiene hermanos pequeños, deberá lavar las manos, muy bien, con agua y jabón, nada más llegar del colegio o guardería. Impida que tosa a menos de 1 metro del pequeño. Procure que no besuqueen al bebé, especialmente si están resfriados. Usen pañuelos desechables.
- Evitar el contacto del bebé con cualquier persona respriada. Si no lo puede impedir porque el que está acatarrado es usted, o su cónyuge, use una mascarilla y lávese muy bien las manos antes de cogerlo. Intente no tocar la mascarilla con las manos una vez se la ha puesto.
- Nadie debe fumar dentro de casa.
- Evite permanecer mucho tiempo con el niño en la sala de espera de las consultas médicas, permanezca justo lo necesario; aquí esta rodeado de otros niños enfermos. Es preferible ir temprano o bien tarde, para que la sala de espera esté lo más vacía posible. Es una buena idea que un familiar o amigo espere en la sala, mientras usted permanece fuera de ella con el niño.
- Procure evitar acudir a sitios con aglomeraciones de gente: autobuses, centros comerciales, fiestas infantiles, etc.
no olvidar que las infecciones respiratorias y sobre todo la bronquiolitis se trasmiten a través de las gotitas que dejamos en el aire cuando tosemos a menos de un metro de otra persona y sobre todo a través de nuestras propias manos. Es muy posible que la medida mas eficaz para evitar el contagio sea que cualquier persona que vaya a tocar al niño o a los utensilios de éste ( chupetes, biberones, juguetes, etc.) se lave las manos con agua y jabón antes de hacerlo.
Antonio Ramón Torres
Hospital San Juan de la Cruz de Úbeda